La letra pequeña que esconde la nueva ley de la vivienda: Mas trámites burocráticos y más trabas al sector.
La Ley de Vivienda que está a punto de entrar en vigor antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo promete grandes cambios en el mercado inmobiliario. Entre estas novedades se encuentra el artículo 31, que se refiere a la información mínima necesaria en las operaciones de compra y arrendamiento de vivienda. Este artículo permite a los interesados solicitar información sobre las condiciones económicas de la operación, las características esenciales de la vivienda y del edificio, y si la vivienda se encuentra en una zona declarada como tensionada de precios.
Sin embargo, el punto más controvertido de este artículo es la exigencia de que el interesado también solicita información sobre la identificación del vendedor o arrendador y de la persona física o jurídica que haga la intermediación en la operación. Esto ha causado cierta preocupación entre los agentes inmobiliarios, ya que aumenta el trabajo burocrático y administrativo al tiempo que crea riesgos de sanciones económicas en caso de incumplimiento.
Además, hay quienes temen que esta exigencia afecte a las pequeñas agencias inmobiliarias, que quedarían en desventaja frente a sus competidores más grandes. Por ello, es importante que el Gobierno tome en cuenta la situación de las agencias pequeñas a la hora de establecer la normativa. De este modo, se podrían evitar efectos negativos para el mercado inmobiliario.
En definitiva, la Ley de Vivienda promete importantes cambios en el mercado inmobiliario. Sin embargo, su aplicación debe ser cuidadosamente estudiada y se deben tomar en consideración los intereses de todas las partes involucradas.